"para visitar en la ruta de las tapas por jaca. Es más un bar de tapas-pintxos que un restaurante, ya que por desgracia sólo tiene alrededor de 4 pequeñas mesas dentro. De hecho, las 5-6 veces que he podido cenar en una mesa una vez, sin contar los intentos fallidos. es realmente muy ocupado casi imposibilitando los fines de semana así que tienes que armarte de paciencia, llegar a ser hueco en el bar y pedirme que entienda tan 2 pintxos esenciales: el rodolfito y el foie con cebolla caramelizada. los camareros son altamente eficientes y siempre te sirven con una gran sonrisa e incluso un chiste que otro. Te recomiendo no ir en horas pico y si puedes evitar los fines de semana."
