"No solemos ir por la vida poniendo hoja de reclamaciones, pero nuestra experiencia en este lugar bien lo merecía. Reservamos para las 15.00 de la tarde. Hasta 45 minutos más tarde no nos trajeron la bebida. Le pedimos la comida al camarero y nos dijo que no sabía si había existencia de lo que pedíamos... ¿cómo? Dijo que lo iría marchando y que si no tenían algunos productos, nos informaría. Pedimos paella, carne a la brasa, tomate picado y distintos platos de pescado, incluidos tres espetos. A la hora y media ¡¡hora y media!! después de preguntar por nuestra comida varias veces, viene un camarero y nos dice que no hay espetos repito, una hora y media más tarde… . Indignados, le pedimos que venga el encargado y nos dice que tampoco han puesto a marchar la carne, pero que ahora sí que hay sardinas… Después de esto último, decidimos casi a las cinco menos cuarto, irnos sin comer, no sin antes pagar lo que habíamos consumido, tres cervezas, una botella de agua y una canasta de pan. A nuestro alrededor muchas otras familias se estaban quejando, pero el modus operandi debe ser éste en el chiringuito porque la gente se lo tomaba a cachondeo y se llegaba a la barra por sus platos. Nosotros decidimos ir a pagar y evidentemente poner una hoja de reclamaciones. Nos acercamos a la barra y nos atiende una chica que nos dice que ella no nos puede cobrar ni dar hoja de reclamaciones, que lo tiene que hacer el encargado, lo cual vemos lógico. Nos dicen que no nos cobran las bebidas, supongo que para que nos conformáramos y no pusiéramos la hoja de reclamaciones, pero el hecho es que nosotros queríamos pagar al César lo que es del César , pero también quejarnos formalmente. Tardaron un rato en dignarse a darnos la hoja. Tuvimos que pedir la cuenta 4 veces. Finalmente nos dieron la hoja, la rellenamos, y si no contestan en diez días iremos a consumo. Hay cosas por las que un cliente no debe pasar, sobre todo porque ante nuestras quejas que nadie piense que estaban muy afectados; de hecho, me ignoraron cuando finalmente le intentaba explicar al encargado nuestro malestar todo de manera tranquila y educada . Se dio la vuelta y pasó olímpicamente; sólo un camarero nos dijo que lo sentía, pero es que les había faltado una camarera, lo cual me parece la excusa más absurda del mundo. Si quieren comer pescado, hay muchos sitios en el Rincón. La verdad es que no me dieron la oportunidad de probar el de este chiringuito, pero desde luego, el trato fue de lo peor que he experimentado. Una y no más."
