"He ido a cenar hoy con dos amigos, y en las tres mesas que nos rodeaban se han sentado un grupo de chavales de unos treinta años y se han comportado como niños chicos gritando, lanzando botellas de plástico, haciendo tonterías, tirándose eructos, diciendo inconcluencias y cosas fuera de lugar, hablando de guarrerias, diciendo que los que estamos comiendo nos teníamos que tapar los oídos para no escucharlos, yo y mis amigos no podíamos ni hablar entre nosotros, así que nos tuvimos que ir y llevarnos la piza en una caja, y pienso que la culpa la tienen los dueños del establecimiento que estaba la señora sentada en una silla mirando todo y sin decirles nada. No volveremos más y no recomiendo a nadie ir las pizzas no valen un duro, le recomendare a la gente no ir."