El Celler De Can Roca

Que se puede decir del Celler de Can Roca impresionante, imprescindible, aunque es caro la relación calidad precio es muy buena hay que ir.

Amb una simple paraula tot i que costa és pot definir tot el que et trobes allà dins, Espectacular , experiència gastronòmica inoblidable, sensacions a flor de pell en tot moment.

Qué decir que no se haya dicho ya del Celler de Can Roca. Experiencia sublime desde el minuto uno hasta abandonar el local 5 horas más tarde. Cualquier amante de la comida debería probarlo al menos una vez en su vida. Ver carta

La Meca de la Gastronomía y un trato familiar, hacen que la visita al Celler marque la diferencia en todos los aspectos. Gracias a Josep y Jordi por el buen trato recibido el jueves 7 de diciembre. Pasamos una noche inolvidable.

Que decir de un restaurante que ha sido varios años, el mejor del mundo. Una experiencia sin igual, un menú con decenas de degustaciones a cual mejor, el servicio excepcional Cómo colofón final, los chefs Josep y Jordi Roca, nos reciben, nos muestran la cocina y la bodega y se fotografían con nosotros, no solo eso, las fotos nos las hace Jordi Roca. Moltes gràcies germans Roca per aquesta experiència inolvidable.

Es todo un festival (como el nombre de su menú de sensaciones. 15 aperitivos y 15 platos posteriores (incluyendo los 3 postres bien ordenados y equilibrados, no se te hace pesado, aunque de las tres horas de estar sentado no te libras. Con maridaje, que me parece muy recomendable teniendo a Josep Roca de sumiller, el menú largo cuesta 400€, los vale, sin duda los vale. El punto negativo es que te cobren el agua, está feo. Ver carta

Por algo es uno de los mejores restaurantes del mundo. Superó nuestras expectativas en todo. La comida inmejorable y aunque el menú son un sinfín de platos pedes disfrutar de todos sin que se haga excesivo. El servicio es ejemplar, te acompañan para que disfrutes de la comida con gracia y sabiendo estar. La presencia de los hermanos Roca puso la guinda, poder saludarles en persona tiene su atractivo. Aguantaron con cariño nuestros selfis. Una experiencia que no se olvida. Probablemente la mejor comida que se puede disfrutar.

Inolvidable. Desde que entras por la puerta ya percibes que no vas sólo a cenar, si no a vivir una experiencia sensorial. Evocar a través del paladar recuerdos gratos de tu infancia, conectar con texturas, olores y sensaciones a veces olvidadas. Gracias a Álex por tu cariño y amabilidad. Gracias a Josep y Joan Roca por vuestra presencia...brilláis. Y gracias al resto del equipo por su profesionalidad. Nos habéis emocionado y hecho sentir como en casa. Ver las bodegas y la cocina fué todo un detalle, que hace que conozcas aún más en profundidad esta obra de arte inmensa. El Celler.

La comida está bien evidentemente, poco se puede decir más, algunas elaboraciones destacables y otras menos espectaculares, pero nada que desentone. La primera parte de los aperitivos es muy divertida. En nuestro caso por tener que conducir luego, sólo tomamos vino por copas, del que tienen abierto, espectacular la selección y muy correctos los precios de las copas, un buen detalle. Si no eres de mucho comer, ves al menú corto. El servicio muy cercano y correcto, nos enseñaron la cocina y estuvieron siempre atentos. Los tres hermanos al pie del cañón y muy cercanos, muy bien. Parking enfrente del restaurante, muy cómodo Ver carta